El arte representa, el arte muestra la verdad desgarradora que osamos ignorar y el arte desmantela las mentiras que nos hemos dicho como humanidad. Ecce Homo II, una mega escultura del artista polaco Jacek Jarnuszkiewicz se levanta dentro de las paredes de la sede de Ginebra de las Naciones Unidas para recordarnos como humanos, los derechos que hemos hecho circunstanciales para algunos de nuestra misma especia y los hemos obligado a presenciar precariedad en sus vidas.
Jacek Jarnuszkiewicz creció entre los artistas. Su abuelo participó en la reconstrucción de la capital polaca y dos de sus tíos son escultores de renombre. En los años sesenta, su familia emigró a Canadá, donde estudió en la Universidad de Concordia y más tarde en la universidad de Montreal, donde también enseñaría artes visuales.
Desde la década de 1990, Jacek Jarnuszkiewicz ha desarrollado un arte conceptual, a través de espacios de ensueño que involucran tanto objetos reales como formas a veces utópicas y arcaicas, nos invita a reflexionar sobre el arte y la cultura, la ciencia y la tecnología, el pasado, el presente y el futuro, y más generalmente en la condición del hombre. Conocido principalmente por su arte público y sus incursiones en el arte de la tierra, Jacek Jarnuzskiewicz ha gozado de varias exposiciones individuales y institucionales en Canadá (Museo de Arte Contemporáneo, Montreal), Polonia, así como en la Bienal de São Paulo.
Desde que la ONU en Ginebra cerró sus puertas, el Ecce Homo II de Jacek Jarnuszkiewicz permanecerá en el sitio hasta nuevo aviso. Una nueva reunión con el artista sobre la exposición se organizará en la ONU tan pronto como las circunstancias lo permitan.
A medida que se suspenden las visitas, para dar vida a la exposición, el artista ha decidido compartir con el público fotos exclusivas de la obra en la Salle des Pas Perdus de las Naciones Unidas.
Organizada por la Misión Permanente de Francia ante las Naciones Unidas en Ginebra y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la exposición se inauguró el 10 de marzo en presencia de la Sra. Tatiana Valovaya, Directora de las Naciones Unidas, Sr. Francesco Pisano, Director, Biblioteca de las Naciones Unidas en Ginebra, Sr. François Croquette, Embajador de Derechos Humanos en Francia, y Sr. Laurent Sauveur, Director de Relaciones Externas de la Oficina de Derechos Humanos.
Una obra monumental de bronce, cobre y acero, Ecce Homo II, de Jacek Jarnuszkiewicz nos lleva a cuestionar el destino mismo del ser humano, un frágil barco flotante atrapado entre dos mares, uno de números y otro de las palabras de la Declaración Universal de Derechos Humanos .
Solemne y poético, simétrico y caótico, Ecce Homo II trae consigo un mensaje de esperanza y severidad, invitándolo a reflexionar sobre los desafíos que enfrentan los migrantes de hoy.
“Debajo de la inmensidad numerada, letras y palabras emergen a su vez. Al componer el texto del preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, son un recordatorio de que el advenimiento de un mundo en el que los seres humanos disfrutarán de la libertad de expresión y la creencia y la libertad del miedo y la necesidad se ha proclamado como la aspiración más alta de la gente común. ¿Es este mensaje una fuente de esperanza? O como se encuentra en aguas profundas, ¿encarna la imposibilidad de alcanzar aspiraciones universales de igualdad y ¿humanidad?”
Domitille D’Orgeval, Doctora en Historia del Arte.
