Hace 2700 años, a lo largo de la antigua Ruta de la Seda, nació de los sueños profundos de Persia una ciudadela hecha de pinturas de zafiro y muros provenientes del mismo firmamento del Medio Oriente. Uzbekistán guarda una de las más hermosas ciudades que cruzan desde el lejano oriente hasta el Asia Central.

Samarcanda, refleja la belleza en sus murales como si guardaran cierto misticismo incomprendido por los mortales. La ciudad se levanta ante el ojo humano como si hubiera sido concebida por los sueños de un príncipe persa. Sin duda, es uno de los complejos más preciosos que demuestran la magnificencia e importancia del Imperio Persa y sus aportaciones a la vida actual.
Esta ciudad persa se presume como una de las ciudad más antiguas aún habitadas por el hombre. Durante todos los años en la que estuvo activa, su riqueza y nivel de vida prosperó constantemente debido a su localización, la cuál es en un punto clave que unía el comercio en la Ruta de la Ceda entre China y Europa Mediterránea, y justamente, debido a aquello, llegó a ser una de las ciudades más grandes en Asia Central. Por esta razón recibe el nombre de Samarcanda, el cuál significa “encrucijada de culturas”.
Este mágico lugar se levantó orgullosamente como la capital de la satrapía (ciudad de altos gobernantes) de Sogdiana que formó parte de la dinastía aqueménida de Persia, en tiempos de conquista de Alejandro Magno, alrededor del año 329 a.C. En el siglo XIV, pasó a ser la capital del Imperio Timúrida, el cuál fue reinado por Timur, o también conocido como Tamerlán. Timur fue un gran conquistador turco-mongol, que reinó más de 8000 km. de Asia Central, extendiéndose desde Turquía hasta India y fue catalogado como uno de los últimos grandes conquistadores nómadas.
Fue hasta 1499 cuando los uzbekos toman el control de Samarcanda. Esta toma de poder fue liderada por los Shaybánidas, un linaje uzbeko descendiente de Shayban, quinto hijo de Jochi, primogénito del emperador mongol Gengis Kan. Después, la ciudad fue asaltada por el rey persa Nadir Sah y la ciudad fue abandonada en 1720. La ciudad revivió hasta 1784 y comenzó a ser gobernada por los emires de Bujará.
El control del poder ruso-eslavo comenzó cuando la ciudadela fue tomada por la fuerza militar del coronel Alexandr Abrámov en 1868. Más adelanta, Samarcanda comenzó a formar parte del distrito militar establecido por los rusos a lo largo del río Zeravshan, siendo Samarcanda el centro administrativo. La parte rusa dentro de la ciudad se construyó al oeste de la ciudad antigua a partir de este mismo año.
Años después, la ciudad se convirtió en la capital de Óblast en el Turquestán ruso. Su importancia comenzó a notarse después de el ferrocarril Trans-Caspio llegó a las fronteras de la ciudad en 1888. En 1925 pasó a ser la capital de la República Social Soviética de Uzbekistán (RSSU); en 1930 fue sustituida por Taskent, la actual capital uzbeka.



Mausoleo en la necrópolis de Shahi Zinda, Provincia de Samarcanda, Uzbekistán
Teniendo en cuenta la historia de esta basta ciudad, es importante entender el contexto anterior, porque de esa forma, podrá comprenderse con mayor claridad cuál es la razón detrás de que cada rincón en la ciudad tenga diferentes influencias culturales, e incluso de culturas que se sabe que fueron contrarias y enemigas. Samarcanda guarda dentro de sus paredes más de ocho culturas provenientes de diferentes imperios, y diferentes épocas de aquellos mismos poblados. La ciudad guarda diferentes secretos artísticos y arquitectónicos, todos de diferentes etapas que vivió este preciado lugar. Estas zonas se distribuyen dividiendo la ciudad de la siguiente manera:
Registán
Un paisaje fantástico que forma parte de los lugares del centro de Asia que definieron las reglas básicas de la arquitectura islámica entre el Mediterráneo y el subcontinente indio. Registán se refiere a lugar de arena, debido a que fue construido sobre el lecho de un río seco y se convirtió en el centro medieval de Samarcanda. Registán está conformado por una gran plaza rodeada de tres grandes madrasas, cuyos nombres y descripciones son:
- Madrasa Ulugh Beg: Se sitúa en el oeste de Samarcanda. Se terminó en 1420 durante el mandato de Ulugh Beg, gobernante perteneciente a la dinastía timúrida. Su acabado se reluce con millones de mosaicos que muestran temas astronómicos.
- Madrasa Sherdar: Situada en el este del complejo. Se terminó de construir en 1636 por el shaybánida Emir Yalangtush Bahadur creando un reflejo exacto de la Madrasa Ulugh Beg a excepción de la inclusión de dos feroces tigres que se rebelan ante la islámica prohibición de representar seres vivos en el arte.
- Madrasa Tilla-Kari: Esta madrasa se encuentra en el centro y se terminó de construir en 1660. La decoración de sus mosaicos es dorada y el complejo cuenta con un patio muy armónico. Su construcción también fue ordenada por el monarca Emir Yalangtush Bahadur.



Bibi Khanum
Esta impactante mezquita vestida de azulejos altamente artísticos y una cúpula salpicada de un brillante color azul turquesa recibe el nombre de “Bibi Khanum” porque se cree que su construcción fue ordenada por la esposa de Timur, mientras él se encontraba fuera del reino en campaña militar. La leyenda de la mezquita dice que el arquitecto se enamoró de la reina y se negó a completar la obra sin antes recibir un beso de la doncella. El nombre significa reina de todas las mujeres en persa.
Siendo una de las edificaciones más impresionantes de Samarcanda, la mezquita cuenta con una puerta principal de más de 35 m. de altura, cuatro minaretes y un patio central enlosado con placas de mármol y cerámica. El patio está rodeado por un corredor de arcadas con 400 columnas de mármol blanco coronadas por cúpulas del mismo material. La mayoría de su estructura se derrumbó en un terremoto que ocurrió en el año 1897. Aunque el trabajo de restauración ha sido excelente, se cree que como se ve ahora, no es nada comparado al esplendor que tenía en la antigüedad.

Minaretes de Bibi Khanum Cúpula en Bibi Khanum

Necrópolis Shan-i-Zinda
Otro lugar sagrado en la imponente ciudad de Samarcanda, la necrópolis Shan-i-Zinda intenta representar la sagrada tumba de Qusam ibn Abbas, uno de los primos del gran Profeta Mahoma. Qusam ibn Abbas fue quien trajo el Islam a esta región y murió trágicamente decapitado por los infieles durante los momentos de oración. Gracias a un milagro, Abbas pudo sostener su cabeza con sus propias manos y descendió a un pozo y allí vivió el resto de su días y noches. El nombre de Shan-i-Zinda significa el rey vivo en persa.
Este santuario es uno de los edificios más antiguos de Samarcanda. Consiste en una gran necrópolis construida cobre las ruinas de la ciudad sogdiana. Durante la dinastía timúrida, el mausoleo se extendió a diecinueve mausoleos más. Entre ellos se encuentran las tumbas de aclamados personajes de la historia de la ciudad como el astrónomo Kazy Zadé Roumi, la madre del emir Hussein, uno de los mejores generales de Tamerlán, la segunda hermana de Tamerlán y el general de Tamerlán, Bouroundonk.

Mujeres locales en Shah-i-Zinda Interior de mausoleo en Shah-i-Zinda

Mausoleos en necrópolis Mausoleos en Shah-i-Zinda
Mausoleo Gur-e Amir
Gur-e Amir, significa tumba del rey en persa, y como el nombre lo indica, este lugar es la tumba de Timur el conquistador. Es uno de los monumentos mejor conservados de toda Samarcanda. Su estructura consiste en un octágono con un tambor cilíndrico en el interior, el edificio es coronado por una cúpula. El exterior se recubre de mosaicos de un azul turquesa con tonalidades de verde. Dentro del mausoleo se encuentra la tumba de Timur en el centro y otras cinco la rodean. Este lugar tuvo gran trascendencia en la arquitectura islámica, ya que inspiró otros monumentos importantes como la tumba de Humayun en Delhi y las tumbas en el Taj Mahal en Agra. Estas otras tumbas fueron construidas por descendientes de Tamerlán que dominaron la dinastía mongol en el norte de la India.







Ruinas de Afrasiab
Al nordeste de la ciudad persa, se encuentran las ruinas de la antigua Smarcanda o Maracanda, antes llamada Afrasiab. Ahí encontramos frescos sogdianos del siglo VII y la tumba de Daniel, el profeta del Antiguo Testamento. El edificio se muestra como un complejo largo, con cinco cúpulas debajo de él, y dentro tiene un enorme sarcófago de 18 m. de largo. Se cree, debido a una antigua leyenda, que el cuerpo de Daniel crece una pulgada por año, y por esa razón, la tumba sigue extendiendo su longitud.
Fresco dentro de Afrasiab Fresco dentro de Afrasiab
Observatorio Ulugh Beg
El nieto del grandioso conquistador Tamerlán, probablemente fue más conocido como astrónomo que como dirigente. Ulugh Beg era famoso en hasta en Europa por sus asombrosas obras sobre astronomía. Cerca del año 1420, Ulugh Beg construyó un inmenso sextante astronómico, para medir las posiciones de las estrellas. El complejo se extendió por 3 pisos de altura y se colocó en la historia como uno de los más grandes jamás construidos.
En 1449, el observatorio llegó a su fin, gracias a que fue destruido deliberadamente. Sin embargo, entre 1908 y 1964, las autoridades soviéticas desenterraron los restos e inauguraron el museo. Durante el desentierro de los restos, encontraron documentación de todos los tiempos del reino, los países que se relacionaron con la astronomía y el trabajo de Ulugh Beg.




Pocas palabras pueden describir la belleza y misterio de Samarcanda, sus muros de color zafiro parecen extenderse por una manta que refleja las estrellas que observó el astrónomo y gobernante Ulugh Beg. No cabe duda que toda la historia que vio las plazas de la ciudad transformarse y pintarse de diferentes culturas permanecerán durante todas las próximas noches que vestirán el cielo sobre aquella antigua joya en la Ruta de la Seda.